Cuatro malos hábitos que deberías abandonar ahora para tener más confianza en ti mismo
- AITIA BienEstar

- 28 nov 2020
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 5 ene 2021

Hay situaciones en las que a todos nos gustaría sentirnos más seguros:
Quizás desearías tener la confianza suficiente para hablar más a menudo en el trabajo y expresar tus puntos de vista.
Tal vez te gustaría tener más confianza cuando se trata de citas y romance.
O tal vez desearías tener la confianza suficiente para finalmente comenzar ese nuevo emprendimiento con el que has estado soñando.
Si bien todo el mundo sabe lo que se siente no tener suficiente confianza en uno mismo, esto es lo que la mayoría de la gente no sabe respecto a como funciona la confianza:
Desarrollar seguridad en uno mismo, a menudo tiene más que ver con dejar de hacer algo, que hacer algo extra.
Muchos de nosotros tenemos hábitos sutiles en nuestras vidas que socavan nuestra confianza en nosotros mismos y aumentan nuestras inseguridades.
Pero, si logras aprender a identificar y eliminar estos hábitos perjudiciales, verás que, naturalmente, desarrollarás más confianza en ti mismo de lo que crees.
1. Confiar en los sentimientos
El dilema central cuando se trata de la confianza es que los sentimientos anulan los propósitos:
Quieres invitar a salir a ese chico lindo (propósito), pero te sientes ansiosa y cohibida (sentimientos). Así que sigues hablando con tus amigas, el momento pasa y tu oportunidad se ha ido.
Se te ocurre una gran idea durante una reunión semanal y deseas compartirla con tu jefe (propósito), pero inmediatamente comienzas a preocuparte de que piense que es una tontería (sentimiento). Así que guardas silencio y no lo mencionas.
Una forma de ver estos ejemplos es que si te hubieras sentido más seguro, habrías podido actuar de acuerdo con tus valores. El problema con esto es que no puedes simplemente hacerte sentir seguro más de lo que puedes sentirte feliz o enamorado.
Sentirse seguro o confiado proviene de actuar según tus propósitos a pesar de tener miedo.
Si habitualmente evitas invitar a salir a la gente, habitualmente te sentirás ansioso por ello. Y si habitualmente evitas hablar durante las reuniones, habitualmente te sentirás nervioso por ello.
Por otro lado, si invitas a alguien a salir a pesar de sentirte ansioso, o hablas durante una reunión a pesar de tener miedo de ser criticado, comenzarás a sentirte cada vez más seguro.
Una de las razones por las que es tan difícil actuar de acuerdo con nuestros valores cuando nuestros sentimientos nos alejan con miedo, es porque tenemos el hábito de confiar implícitamente en nuestros sentimientos.
Nuestra cultura tiende a glorificar los sentimientos y las emociones (piensa en todas y cada una de las películas de Disney que hayas visto). Desafortunadamente, esta confianza incondicional en los sentimientos es perjudicial.
Tus sentimientos te llevarán por mal camino al menos tan a menudo como te ayudarán.
Es importante escuchar tus emociones, pero nunca confiar en ellas. Abandona el hábito de confiar ciegamente en tus sentimientos y prepárate para seguir tus propósitos firmemente.
Una vez que tu mente te vea actuando según tus propósitos a pesar de cómo te sientas, comenzarás a adquirir confianza en ti mismo.
El coraje es donde nace la confianza.
- Debbie Millman
2. Complacer a la gente
A la mayoría de las personas no les gustan los conflictos. De hecho, la mayoría tiene tanto miedo a los conflictos que harán todo lo posible para evitarlos.
Por ejemplo, la ejecutiva que rechazó un acenso importante en el trabajo porque temía que causaría un conflicto con otra compañera de trabajo.
O el sujeto que dejó de pasar tiempo con sus amigos porque su esposa se ponía celosa y lo juzgaba cada vez que pasaba tiempo lejos de ella.
A veces el miedo al conflicto conduce a muchos sacrificios pequeños, aunque no necesariamente menos importantes:
No comer en tu restaurante favorito porque "simplemente acatas" lo que sugiere tu pareja.
Siempre diciendo "sí" y asumiendo demasiadas actividades porque no quieres decir "no" y decepcionar a la gente.
No ver tu tipo de serie favorita porque tu pareja o tus amigos odian ese tipo de programa.
Independientemente de los detalles de la situación específica, esto es lo que necesitas saber respecto a complacer a las personas:
Cuando habitualmente priorizas los deseos y necesidades de otras personas antes que los tuyos, estás entrenando tu mente para devaluarse.
Piénsalo: si nunca te defiendes a ti mismo, ¡por supuesto que no te sentirás muy seguro!
Afortunadamente, tener más confianza a menudo es solo una cuestión de ser un poco más asertivo con las personas sobre lo que quieres (o no quieres).
Una de las formas más sencillas de aumentar tu confianza es practicar pedir lo que quieres y decir no a las cosas que no quieres. Pero la clave, que la mayoría de la gente pierde, es comenzar de a poco. Luego, una vez que esto se vuelva más cómodo para ti, avanza gradualmente hacia situaciones más complejas.
Es bueno pensar en los demás. Pero si siempre se produce a expensas de ti mismo, nadie terminará feliz a largo plazo.
La recompensa por darle siempre el gusto a los demás, es que le gustas a todos menos a ti mismo.
- Rita Mae Brown
3. Preocuparse por el futuro
Nuestra capacidad para pensar en el futuro e imaginar escenarios hipotéticos es una habilidad y una herramienta maravillosa.
Desde anticipar el próximo movimiento de un oponente en una partida de ajedrez hasta llevar a una persona a la luna, es evidente que nos ha beneficiado poder pensar en el futuro.
Y es especialmente útil anticipar los problemas para poder abordarlos antes de que sucedan. ¡Imagínense cuántos problemas hipotéticos tuvieron que imaginar todos esos ingenieros de la NASA antes de poner a los hombres en una nave espacial rumbo a la luna!
Pero al igual que muchas de nuestras herramientas y habilidades más impresionantes, pensar en problemas del futuro puede ser poco saludable si se hace por las razones equivocadas. Este es especialmente el caso de nuestra tendencia a preocuparnos.
La preocupación es una solución de problemas improductiva.
Si dedicas tiempo a pensar en algo que A) no es realmente un problema o B) no es un problema sobre el que puedas hacer algo, es probable que termines preocupándote. Lo que significa que estás experimentando todos los efectos secundarios del pensamiento negativo, como estrés, ansiedad e incluso pánico, sin ninguno de los beneficios de la verdadera resolución de problemas.
Aquí hay un ejemplo específico:
Tu pareja se va de viaje a visitar a un familiar. Después de escuchar en las noticias sobre un accidente aéreo en otro país, comienzas a preocuparte por el posible accidente del avión en que viajará tu pareja.
Aunque sabes que pensar en que tu pareja pueda sufrir un accidente aéreo no ayuda a nadie, te sientes obligado a seguir pensando en ello, jugando escenarios una y otra vez en tu cabeza y preocupándote. Y como resultado, te sientes cada vez más ansioso y tenso.
¿Entonces por qué lo hacemos? ¿Por qué nos preocupamos si solo nos hace sentir mal sin lograr nada bueno?
Esto es lo que pasa con la preocupación:
La preocupación te da la ilusión de certeza. Pero al final, todo lo que hace es fragilizarte.
A pesar de que en realidad no puede resolver algún problema hipotético (tu pareja sufre un accidente, por ejemplo), pensar en ello te da la ilusión de control. Te hace sentir que al menos estás haciendo algo.
Pero todo es un espejismo. Y, al final, toda esa preocupación y ansiedad merman tu confianza.
Si quieres sentirte más confiado de verdad, debes aceptar la incertidumbre fundamental de la vida. Simplemente hay algunas cosas que no podemos controlar.
Hay algunos escenarios adversos que simplemente no podemos evitar. Y a menudo, ninguna cantidad de pensamiento y preocupación cambiará eso.
Es mejor afrontar el miedo a la incertidumbre con confianza que vivir negando la misma.
En lugar de preocuparte por lo que no puedes controlar, dirige tu energía a lo que puedes crear.
- Roy T. Bennett
4. Cavilar excesivamente respecto al pasado
Así como la preocupación da la ilusión de control sobre el futuro, pensar en lo que ya ha acontecido nos da una sensación de falso control sobre los errores y las pérdidas del pasado. Desafortunadamente, también puede provocar autocrítica, depresión y baja autoestima.
Por supuesto, reflexionar sobre el pasado, incluidos los errores y los eventos negativos, puede ser una actividad útil. Cuando intencionalmente se toma un tiempo para considerar el pasado de una manera equilibrada y objetiva, a menudo puede ser una fuente de gran alivio y aprendizaje.
Pero es muy fácil terminar pensando en el pasado y pensar en él de una manera inútil; esto se llama rumiación:
Si alguna vez te has encontrado repitiendo el mismo error una y otra vez en tu mente sin aprender nada nuevo, eso es rumiar.
Si alguna vez te has encontrado imaginando obsesivamente historias alternativas y cómo podrías haber evitado alguna tragedia o pérdida, eso es rumiación.
Si alguna vez te has perdido de cosas buenas en el presente porque estás atascado pensando en lo negativo del pasado, eso es rumiar.
Uno de los muchos problemas de adquirir el hábito de reflexionar sobre los errores del pasado es que erosiona tu confianza en el futuro.
Cuando inviertes toda tu atención en el ayer, no te queda nada en lo que invertir hoy.
Esto lleva a una viciosa profecía autocumplida:
Debido a que gastaste toda tu atención y energía rumiando el pasado, no puedes poner tanto en el presente. Esto conduce a un desempeño deficiente que luego se convierte en evidencia para respaldar tu ya baja confianza en ti mismo.
Para dejar de desperdiciar atención y energía con la rumia, debes aprender a aceptar y hacer las paces con los errores y las pérdidas del pasado. A nadie le gusta sentirse impotente para corregir errores, pero fingir que puede cambiarlos rumiando obsesivamente sobre ellos no le está haciendo ningún favor a su confianza.
Acepta que no puedes cambiar el pasado y te resultará más fácil dejar de lado tu tendencia a vivir en el pasado. Y cuando hagas eso, tu confianza y tu optimismo aumentarán.
Mi felicidad crece en proporción directa a mi aceptación y en proporción inversa a mis expectativas.
- Michael J. Fox
Todo lo que necesitas saber
Para sentirte más seguro, concéntrate en identificar y erradicar los hábitos en tu vida que están aniquilando la confianza en ti mismo:
Deja de confiar en tus sentimientos
Deja de complacer a la gente
Deja de preocuparte por el futuro
Deja de cavilar obsesivamente sobre el pasado

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